Integridad, una palabra tan simple y compleja a la vez. Tras la pandemia todos hemos vivido una serie de situaciones que desconocíamos, los jóvenes y niños también han enfrentado situaciones que no estaban acostumbrados, situaciones que no esperaban vivir, sin embargo, hemos ido aprendiendo a lo largo del camino a hacer nuestro mayor esfuerzo, a adaptarnos a las nuevas modalidades de vida, a tomar decisiones en búsqueda de nuestro bienestar y el de los demás.
Los valores, la autoestima y la integridad van de la mano; todos estos aspectos son importantes en el proceso de escolaridad de nuestros hijos y es con nuestro ejemplo con el que logramos modelar estas conductas que todo padre desea ver en ellos.
Desde pequeños aprendemos por imitación, nacemos con la necesidad de aprender e imitar lo que nos rodea. Los padres somos de suma importancia en la vida de nuestros hijos; estar involucrados en su aprendizaje, experiencias de vida y toma de decisiones, nos permiten orientar e intervenir de manera oportuna. Acompañarlos en sus decisiones, sin ser nosotros quienes asumimos sus responsabilidades, nos permite supervisar sin controlar, pero estar pendientes de aquellas situaciones de riesgo que se les puedan presentar.
Es importante tener en cuenta, que siguen siendo seres humanos inmaduros, en proceso de formación, y que como tales van a cometer equivocaciones, van a tomar malas decisiones y deben afrontar consecuencias que les permitan crecer y ser mejores seres humanos. Los errores también pueden hacernos mejores personas, personas más fuertes y capaces de aprender. Los padres jugamos un papel indispensable en la etapa de formación, con nuestro ejemplo podemos enseñar y afianzar ese aprendizaje, más no podemos limitarlos a tener sus propias experiencias de vida, las cuales nunca serán las mismas que las nuestras.
Orientar a nuestros hijos a alcanzar sus metas y enseñarles a afrontar el fracaso, es un regalo invaluable. Los seres humanos nos equivocarnos, nos levantarnos y aprendemos de nuestros propios errores, la vida espera a esas personas capaces de cometer errores y aprender de ellos.
Mientras más amor, seguridad y apoyo les demos a nuestros hijos, lograremos que estén mejor preparados para el futuro.
MSc. Gabriela Méndez
Orientación High School